miércoles, 27 de noviembre de 2013

¿Cuáles son los síntomas de la Neuralgia del Trigémino?

La neuralgia del trigémino se produce más a menudo en personas mayores de 50 años, pero puede producirse a cualquier edad.  El trastorno es más común en mujeres que en hombres.  Existe alguna evidencia de que el trastorno es hereditario, tal vez debido a un patrón heredado de formación de vasos sanguíneos.

La neuralgia del trigémino está caracterizada por un dolor punzante intenso y súbito del tipo de shock eléctrico que afecta a la zona inervada por el nervio trigémino, por lo que típicamente se siente de un lado de la mandíbula o la mejilla. El dolor puede producirse en ambos lados de la cara, aunque no al mismo tiempo.  Los ataques de dolor, que generalmente duran de 1 segundo a 2 minutos, se repiten con las mismas características en cada paciente y pueden repetirse en  sucesión rápida, vienen y se van a lo largo del día.  Estos episodios pueden durar días, semanas o meses por vez y luego desaparecen durante meses o años.  En los días previos a que comience un episodio, algunos pacientes pueden experimentar una sensación de cosquilleo o entumecimiento o un dolor algo persistente y constante.

Los fogonazos intensos de dolor pueden desencadenarse por vibración o contacto con la mejilla (como al afeitarse, lavarse la cara, o colocarse el maquillaje), cepillarse los dientes, comer, beber, hablar, o estar expuesto al viento.  El dolor puede afectar una pequeña área de la cara o puede diseminarse.  Los ataques de dolor raramente se producen en la noche, cuando el paciente duerme.

Se considera que los pacientes tienen neuralgia del trigémino Tipo 1 si más del 50 por ciento del dolor que sienten es súbito, intermitente, agudo y punzante o del tipo de shock.  Estos pacientes también pueden tener alguna sensación de ardor. La neuralgia del trigémino Tipo 2 implica dolor que es constante, persistente o quemante más del 50 por ciento del tiempo.

La neuralgia del trigémino se tipifica por ataques que se detienen durante un período de tiempo y luego regresan.  A menudo los ataques empeoran con el tiempo, con períodos libres de dolor más breves y más infrecuentes antes de que se reanuden.  El trastorno no es fatal, pero puede ser debilitante.  Debido a la intensidad del dolor, algunos pacientes evitan las actividades diarias porque temen un ataque inminente.
 
El diagnóstico es clínico, en base a la historia clínica y una exploración detallada que permita identificar claramente el tipo de dolor y la inexistencia de otras causas.

Para descartar otras posibles causas de dolor facial puede ser necesario hacer radiografías, resonancia nuclear magnética o angiografías.

La evolución depende de si existe alguna enfermedad asociada, en cuyo caso depende de la evolución de esta enfermedad, o sin ninguna otra enfermedad asociada (las llamadas neuralgias del trigémino idiopáticas) en las que, tras los brotes iniciales, suele haber remisiones que duran meses o años, pero con el tiempo, los episodios de dolor suelen hacerse más frecuentes y duraderos.
 
 
 



 

 
 

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